El calor trae de vuelta la amenaza de estos parásitos, cada vez más
abundantes y extendidos por nuestra geografía debido a factores como el
cambio climático. Y, con ellos, se expanden también las infecciones que
transmiten. Las autoridades sanitarias españolas vigilan sobre todo el
avance de la borreliosis de Lyme, una patología compleja
por
Javier Yanes
Es la estación más esperada para muchos, pero tiene su contrapartida; con el
verano, llegan las plagas asociadas al calor. Algunas son viejos clásicos de
siempre, como los mosquitos. En cambio, otra más propia de la vida rural y que
solía ser anecdótica para los urbanitas está escalando en los últimos años:
las picaduras de garrapatas y las infecciones que pueden acarrear, como la
enfermedad de Lyme. El hecho de que en 15 años los casos en España se hayan
triplicado es motivo para que crezca la atención a este problema.
De unas 900 especies de garrapatas en el mundo, un extenso estudio registra
al menos 25 en nuestro país, aunque el Ministerio de Sanidad sube la cifra a
en torno a 40. Algunos de estos arácnidos pueden transmitir enfermedades; en
nuestro país preocupan sobre todo una infección emergente, la fiebre
hemorrágica de Crimea-Congo (FHCC), y otra endémica, la borreliosis de Lyme,
la patología más frecuente de las transmitidas por estos parásitos.
Anteriormente no existía un seguimiento preciso de estas infecciones en
España, pero una mayor frecuencia de casos ha motivado que la tercera parte
del Plan Nacional de Prevención, Vigilancia y Control de Enfermedades Transmitidas por Vectores, presentada en 2024, se dedique específicamente a
aquellas transmitidas por garrapatas.
En concreto, la enfermedad de Lyme está causada por bacterias de varias
especies del género Borrelia, sobre todo B. burgdorferi, B. afzelii y B.
garinii. En Europa estos patógenos los transmite la garrapata común, Ixodes
ricinus, mientras que en Norteamérica el vector equivalente es la garrapata
del ciervo, Ixodes scapularis.
DOBLE PEGADA
La borreliosis de Lyme suele manifestarse por una erupción en la piel con el
aspecto de una diana, llamada eritema migrans. La enfermedad provoca síntomas
como dolor de cabeza, fatiga y fiebre, pudiendo afectar al sistema nervioso,
el corazón, los músculos y las articulaciones. Pero su pegada es doble: una
complicación adicional es que puede dejar secuelas en forma de dolores
articulares y síntomas neurológicos y cardíacos, de por vida y en grado
incapacitante.
Esta forma persistente grave puede afectar a un 10-20 % de los afectados por Lyme, tal vez más, pero los especialistas se encuentran con la dificultad de
diagnosticarlo de forma inequívoca una vez que la infección se ha resuelto
tras el tratamiento estándar con el antibiótico doxiciclina. Según explicaba a Science Media Centre Lucía García San Miguel, jefa de área del Centro de
Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), “es dificilísima
de diagnosticar porque no hay métodos adecuados”.
En un estudio de 2025, investigadores de la Universidad Northwestern en
Illinois proponen una causa para la enfermedad de Lyme postratamiento o
crónica: restos de la pared celular de la bacteria permanecen en el hígado
estimulando una respuesta inmunitaria errónea. En otro estudio en paralelo,
el mismo equipo ha descubierto que el antibiótico piperacilina, utilizado
actualmente contra la neumonía, es eficaz contra la Borrelia causante del
Lyme a dosis muy bajas que no dañan la microbiota, a diferencia de la
doxiciclina.
La forma persistente de la enfermedad de Lyme es dificilísima de diagnosticar porque no hay métodos adecuadosLucía García San Miguel, Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias
Según el director de ambos estudios, el bacteriólogo Brandon Jutras, la
respuesta de cada persona a la persistencia de esos restos bacterianos puede
ser distinta, y determina quiénes sufren un Lyme crónico: “Algunos pacientes
tendrán una respuesta inmunitaria más robusta, lo que podría resultar en una
enfermedad peor, mientras que el sistema de otros puede ignorar la
molécula”. Sin embargo, ambos estudios se han realizado en ratones, por lo
que aún será necesario comprobar su validez en humanos.
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James Gathany, Public domain, via Wikimedia Commons |
UN PROBLEMA EN EXPANSIÓN
En España, la enfermedad de Lyme se consideraba endémica regional porque
estaba presente de forma habitual, pero mayoritariamente en el norte
peninsular. Sin embargo, su creciente expansión por otras zonas de la
península y Baleares ha propiciado su inclusión en el Plan Nacional para una
vigilancia obligatoria más estrecha; según un estudio de 2022 del Instituto de Salud Carlos III, entre 2005 y 2019 las hospitalizaciones por Lyme se
dispararon un 191 %, lo que equivale a casi multiplicarse por tres.
Al crecimiento explosivo de estas infecciones se une un mayor número de
casos de otras enfermedades transmitidas por garrapatas: la FHCC surgió por
primera vez en España en 2016, y los datos revelan un aumento de
enfermedades como la babesiosis o la fiebre recurrente. Todo ello es
consecuencia de un ascenso en las picaduras por estos ácaros, que en alguna
región han llegado a multiplicarse por seis en cinco años.
Las investigaciones atestiguan que estos parásitos y las enfermedades que
contagian ya no son un riesgo que únicamente aceche a los habitantes de las
ciudades en sus escapadas campestres: un estudio encontró una abundante
presencia de bacterias patógenas Rickettsia en las garrapatas de los
jabalíes del área metropolitana de Barcelona.
En otro trabajo, cientos de garrapatas se recogieron en zonas verdes de
Lugo; la inmensa mayoría se encontraron en zonas residenciales de las
afueras, pero el 4 % de ellas procedía de parques del casco urbano. Algunas
portaban bacterias Rickettsia o Borrelia.
En este estudio, los ácaros se recolectaron por un método habitual,
arrastrar una pieza de tejido sobre la vegetación. Esta sencilla técnica
atrapa las garrapatas que se encuentran adosadas a hierbas y arbustos, a la
espera de que el roce de un posible hospedador les ofrezca la oportunidad de
aferrarse a él.
Ahí es donde está el peligro, en la hierba y los arbustos; en contra de lo
que podría pensarse, el contacto con animales portadores de garrapatas no
entraña riesgo, ya que los parásitos no cambian un hospedador por otro. Una
vez se han llenado de sangre, se desprenden, caen al suelo y hacen la
digestión durante meses.
CÓMO EVITAR LAS PICADURAS
Por ello, los consejos para prevenir las picaduras comienzan por lo más
obvio: al pasear por el campo o por parques y jardines, utilizar los caminos
clareados entre la vegetación para eludir el roce con arbustos y hierba
alta.
Es conveniente llevar calzado y prendas que cubran la piel, preferiblemente
de colores claros, ya que permiten apreciar más fácilmente si alguna
garrapata se ha adherido a la ropa. Llevar la camisa por dentro del pantalón
y las perneras bajo los calcetines evitará dejar vías por donde los
parásitos puedan acceder a la piel.
Es muy importante cuando llegamos a casa revisarse y revisarnos unos a otros porque las garrapatas a veces están en sitios que no se venLucía García San Miguel, Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias
A lo anterior, el Ministerio de Sanidad añade la recomendación de usar
repelentes de insectos y arácnidos basados en sustancias activas de eficacia
probada, como DEET, IR3535, icaridina o citriodiol.
Según García San Miguel, después de una excursión campestre “es muy
importante cuando llegamos a casa revisarse y revisarnos unos a otros porque
a veces están en sitios que no se ven”. Las zonas preferidas por las
garrapatas son detrás de las orejas, bajo el pelo, las axilas, el ombligo,
la ingle, la cintura y las piernas.
En caso de encontrarnos alguna garrapata, Sanidad aconseja extraerla con
unas pinzas planas, con cuidado de retirarla por completo sin que la cabeza
se desprenda. Por el contrario, métodos tradicionales como utilizar
vaselina, aceite u otros productos pueden inducir a la garrapata a inyectar
más saliva y, con ella, quizá algún patógeno, por lo que no son
recomendables.
Generalmente se considera que la transmisión de enfermedades como el Lyme
requiere que la garrapata permanezca adosada durante varias horas o incluso
días, por lo que una extracción temprana del parásito reduce mucho el
riesgo. La herida debe desinfectarse y durante cuatro semanas se vigilará la
aparición de síntomas. Sanidad recomienda conservar el parásito en un bote
con papel húmedo por si fuera necesario examinarlo.
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Imagen coloreada de microscopía electrónica de la bacteria 'Borrelia burgdorferi', causante de la enfermedad de Lyme. / NIAID | Flickr |
EL AGRAVANTE DEL CAMBIO CLIMÁTICO
A todo lo anterior se suma que, previsiblemente, el problema del Lyme y otras
enfermedades transmitidas por garrapatas continuará recrudeciéndose debido a
varios factores, como una mayor interacción entre humanos y fauna por la
invasión de los ecosistemas y los cambios en los usos de las tierras.
Otro de los agravantes es el cambio climático: los inviernos más suaves
permiten una mayor supervivencia de las garrapatas y prolongan su periodo anual de actividad. Los científicos apuntan que la garrapata común es muy
sensible al calentamiento; la subida de las temperaturas facilita su
expansión a regiones tradicionalmente más frías, mientras que podría
desaparecer de zonas donde estaba presente pero que se vuelvan demasiado cálidas.
En España se ha notado no solo una proliferación creciente de estos ácaros,
sino también un adelanto de la temporada de las picaduras en un mes, de mayo
a abril. La relevancia de la evolución de la enfermedad de Lyme y de su
vector, la garrapata, es tal que en EE UU se utiliza como uno de los indicadores del cambio climático de la Agencia de Protección del Medio
Ambiente, una lacra que cada vez requerirá una vigilancia más estrecha.
Referencias:
McClune, M. et al., "The peptidoglycan of Borrelia burgdorferi can persist
in discrete tissues and cause systemic responses consistent with chronic
illness", Science Translational Medicine (2025).
Gabby, M. et al., "A high-resolution screen identifies a preexisting
beta-lactam that specifically treats Lyme disease in mice", Science
Translational Medicine (2025).
Ministerio de Sanidad. Plan Nacional de Prevención, Vigilancia y Control de
las
enfermedades transmitidas por vectores. "Parte III: enfermedades
transmitidas por garrapatas: fiebre hemorrágica de Crimea-Congo y endémicas
y con potencial de emergencia" (2024).
Artículo publicado originalmente en SINC
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